miércoles, 22 de abril de 2009

Informe de Reyes Josué Morales del Trabajo en Nuevo Montecristo durante el año 2008

La creatividad como herramienta de trabajo psicosocial

Artes escénicas y comunidad, una experiencia en construcción

INTRODUCCIÓN

Presento una descripción general del proyecto “Artes Escénicas y Comunidad” realizado en la Comunidad Nuevo Montecristo, del municipio de Champerico, departamento de Retalhuleu entre los meses de julio a diciembre de 2008.

La propuesta de trabajar con el Teatro dentro de esta comunidad, nace de Miguel Utreras artista escénico mapuche-chileno radicado en Noruega y que propone a través de la cooperación internacional noruega trabajar un proyecto cultural, teniendo como contraparte a la Red Guatemalteca de Arte Intercultural, con quien tuvo contacto gracias a Ricardo Jovel, artística y gestor cultural.

De esta cuenta se inicia una serie de contactos para formular el proyecto. Como parte del colectivo Teatroventana, presenté una propuesta que finalmente se llamo “Artes Escénicas y Comunidad”. Fue así como junto a Ricardo Jovel, miembro de la Asociación para la Investigación, formación y creación de Artes Escénicas (AIFCAE) coordinamos dicho proyecto como grupos integrantes de la Red Guatemalteca de Arte Intercultural.

Dentro del proyecto fungi como tallerista principal y coordinaba las intervenciones de los otros grupo integrantes de la RED, brindaba informes y registraba audiovisualmente el proceso.

El proyecto debía contemplar dos etapas: a) inducir y compartir con los y las participantes herramientas de promoción y gestión cultural, de iniciación en el teatro y de apropiación de herramientas como el uso de zancos, nociones de danza y realización de máscaras, b) creación de una obra teatral sobre la historia de la comunidad y su lucha por la tierra, que sería presentada en la comunidad y en otras comunidades cercanas.

ASPECTOS CUANTITATIVOS

Para llevar a cabo el taller se debía viajar a la comunidad, se trabajaban dos sesiones de trabajo, una por la tarde noche y otra por la mañana con un promedio de 5 horas de trabajo, los horarios y día de trabajo podían cambiar de acuerdo a necesidades especiales y siempre en consenso.

El proceso inicio el 15 de julio y culminó el 4 de diciembre de 2008, aunque aún se realizaron dos visitas más a esta fecha para una evaluación final.

Al principio se contaba con la participación de 22 personas, al final quedaron 16 personas, entre niños, adolescentes y jóvenes, de los cuales 10 fueron mujeres.

Realice 56 sesiones de trabajo, más un promedio de 15 sesiones de trabajo entre El Grupo Sotzil, el proyecto cultura La Cambalacha, AIFCAE y el acompañamiento de integrantes del Rabinal Achi, grupos integrantes de la Red, estos grupos compartieron sus conocimientos en la elaboración de máscaras, danza, uso de zancos, gestión cultural, además de compartir información de su trabajo como grupos.

INSIDENCIA COMUNITARIA

El proyecto logro su objetivo de crear un espacio recreativo, de encuentro, intercambio y trabajo creativo con los y las jóvenes de la comunidad, propicio un reencuentro y revisión con la historia de la comunidad y un espacio donde se vieron fortalecidos como seres humanos, como jóvenes que realizaron un trabajo diferente dentro de su propia comunidad, que creo mucha expectativa dentro de sus propios familiares, amigos y vecinos.

Los familiares se involucraron, apoyando a los participantes facilitando la asistencia de los y las participantes a las sesiones de trabajo, apoyando en la presentación final, acondicionando el espacio donde se presentaría el trabajo.

La obra creada tuvo un impacto positivo dentro de la comunidad, pues abrió un espacio de intercambio entre generaciones, padres y de reconocimiento de la historia de la comunidad, y donde públicamente felicitaron a los jóvenes y su esfuerzo y se invito a la comunidad a reconocer y valorar su historia común.

La cooperación noruega ha confirmado su apoyo al proyecto y financiará un proyecto de seguimiento, nuevamente bajo la responsabilidad de la Red Guatemalteca de Arte Intercultural.

VIVENCIAS Y VISIONES

Desde un inicio tuve una gran expectativa frente al proyecto, ante todo porque venía de experiencia en el que había aprendido mucho en relación al trabajo de grupo y porque tenía entendido que la comunidad donde se realizaría el proyecto tenía la característica de que convivían varios grupos étnicos.

A lo largo del desarrollo del proyecto me fui sorprendiendo de la participación de los jóvenes, que no habían pasado anteriormente por una experiencia similar y que además en su mayoría eran estudiantes y la mayoría trabajadores del campo. Había bastante expectativa pues muchas veces llegaban jóvenes, amigos y familiares de los y las participantes a observar el trabajo.

Note como se fue consolidando una amistad entre las personas que sí continuaron y llegaron al final del proyecto, como sus relaciones y sus habilidades de comunicación y expresión estaban fortalecidas, note un gran crecimiento personal entre ellos, esto gracias a la metodología usada, donde se conjugaban elementos de la practica teatral, junto con dinámica de grupos y el juego que desde luego contaba con un especial énfasis en el uso del cuerpo.

Puede observar nuevamente el gran potencial que tiene el trabajar con la subjetividad y la dimensión corporal, el contacto entre las personas, y las distintas formas en que puede cuestionarse la forma habitual en que nos comportamos.

Vi como los jóvenes asumieron grandes desafíos, que además eran totalmente diferentes a lo que hasta la fecha habían realizado dentro de su vida y dentro de la comunidad, ensayar bajo presión y enfrentarse a una experiencia totalmente nueva y presentarse frente a su propia comunidad con una obra con muchas implicaciones y en presencia de cooperantes noruegos. Lo que también impacto fuertemente en mi persona, pues junto a ellos yo estaba pasando también por esos desafíos. Lo que hizo de catalizador era que estábamos trabajando dentro del campo de la representación, la creatividad y el juego.

Un aspecto que me sobrepaso, fue ir descubriendo progresivamente las implicaciones de hacer una obra que tuviera como tema la historia de la comunidad, pues fui descubriendo que esta historia era de lucha, donde se paso por varios sufrimientos, hambre, amenazas de muerte, muertes accidentales, incertidumbre y vivir varios meses a la orilla de la carretera, con lo cual era de esperar que muchas veces durante el proceso creativo se sintiera la resistencia al tema y en el que varias veces eludíamos el trabajo y abordar directamente dichas resistencias, tanto mías como del grupo. Fue gracias al buen tacto, al juego y la intervención indirecta que logramos como grupo un salto en el trabajo, los propios participantes empezaron a exponerse frente al tema y también empezaron a reconocer el potencial de lo que hacían y que asumieron desde la creatividad.

Esto me devolvió a mí muchas reflexiones acerca del papel que debe jugar el arte, las ciencias sociales dentro de la intervención cultural, la creatividad y una perspectiva que mire al ser humano como un ser multidimensional. Frecuentemente actuamos fragmentariamente y olvidamos muy a menudo la dimensión corporal y sus posibilidades de despertar la memoria, su sentido de apertura a los demás, de contacto, de juego, de placer, de manifestación y de portador de significados. Fue gracias al trabajo con el cuerpo, la representación, el juego, el contacto y la generación de un ambiente psicológico de confianza que se lograron muchos avances del grupo en momentos en que surgían conflictos durante el trabajo y surgían iniciativas dentro del grupo para apoyar el proceso. Fue así como con mucho respeto trabajamos con aspectos de la memoria de la comunidad, y con la propia memoria de los participantes, pues la mayoría siendo niños tambièn estuvo implicado en este proceso.

Note con mayor nitidez la fuerza y las cualidades de trabajo con las personas desde la creatividad y en un trabajo que busque incluir la dimensión afectiva, lúdica y corporal de las personas y de cómo impacta positivamente en la participación y en las relaciones dentro del grupo.

En la evolución final entre las cosas que más resaltaban los jóvenes, eran sus estados de ánimo y corporales de nerviosismo, ansiedad, inseguridad y miedo que vivieron antes de la representación ante la expectativa de su participación frente a su comunidad, y el contraste que vivieron después de la obra, con mayor confianza en lo que hicieron, en su relación de grupo, en su trabajo y en una autoevaluación de su propio desempeño, pero fue bastante notorio que resaltaran el apoyo, las felicitaciones y las muestras de aprobación que les manifestaron públicamente varios miembros adultos de la comunidad que habían estado implicados en los procesos de lucha por la tierra. Y aunque la obra no llego a mostrar nivel de calidad altos, impacto en la comunidad y despertó toda una serie de comentarios, recuerdos e intercambio con los asistentes a la presentación.

Hay toda una dimensión para incidir comunitariamente con esta vía legítima de trabajo, poco convencional y con muchas implicaciones en cuanto a la memoria colectiva, la construcción de identidades, desde el trabajo en grupo, la subjetividad, el afecto y el cuerpo por lo que habrá que seguir trabajando, experimentando, investigando y proponiendo.


Josué Morales

Totonicapán marzo de 2009

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